Aceite. Una cucharada de aceite de oliva debe ser básica a la hora de aliñar nuestro menú diario, sobre todo en crudo. También se aconseja tomar aceite de borraja, onagra o prímula en perlas como suplemento alimenticio. Todos ellos se encargan de nutrir la piel por dentro y garantizar su elasticidad a través de los ácidos grasos esenciales que contienen. La epidermis que cubre el pecho no rejuvenece, pero ellos pueden mejorar su aspecto y textura a cualquier edad.
Pescados azules. Los ácidos grasos esenciales también están presentes en estos sabrosos alimentos que llegan del mar. Incluirlos en la dieta con asiduidad favorece la hidratación de las capas superiores de la epidermis y evitan que la piel se reseque, lo que repercute en su estética general.
Gérmen de trigo. Su alto contenido en vitamina E frena el proceso de envejecimiento que acosa a los tejidos con el paso del tiempo. También es mano de santo para aplicarlo directamente sobre el pecho. Gracias a su poder nutritivo, suavizante, protector y antiarrugas está especialmente indicado para pieles estropeadas o deshidratadas.
Cereales. En especial el maíz, el trigo, la malta, el centeno, la cebada y el alforfón proporcionan una turgencia extra a los senos en aras de su riqueza en fibra.
Gelatina. Está demostrado que las mujeres que toman alimentos gelatinosos o ricos en gelatina como muchas de las llamadas frutas silvestres, hacen gala de unos pechos más generosos.
Que bueno que me acorde, esto si va en este tema jeje, dado que estamos hablando de mimar los senos, es preferible las telas de colores claros que reflejan al lugar de absorber la luz y usar un bloqueador o filtro solar en la piel del busto (comparen las que hacen top les -creo que así se dice, no se- con las que se cuidan más la delicada piel de los pezones y de todo el seno) sobre todo ahora que en primavera y verano el sol se siente más fuerte, es una zona delicada que hay que proteger.